EL ACTO DE APRENDER

EL VERDADERO ACTO DE APRENDER IMPLICA CONSTRUCCIÓN DE SENTIDOS


“Promover un aprendizaje con sentido forma protagonistas en donde cada uno de los conceptos cobran significado para su propia vida”. Francisco Gutiérrez Pérez, Daniel Prieto Castillo. Mediación Pedagógica (2012, pág.33)

Construyo sentidos en el verdadero proceso de aprender. Construir sentidos no es un proceso mecánico, lineal, que se traspasa de unos a otros, es un proceso de descubrimiento que se genera de la relación con el entorno, en la relación que establezco con los unos/as y los otros/as. El aprender  es vida y es a la vez satisfacción cuando experimento situaciones nuevas; sé que aprendo cuando reutilizo mis informaciones, mis conocimientos anteriores en la resolución de problemas que me generan nuevos aprendizajes.

Aprendo cuando descubro y enriquezco mi propia experiencia. Este proceso de aprendizaje lo realizo en la acción permanente, construyendo y desarrollando cosas nuevas que me apasionan, definiendo nuevas alternativas, dejando de pensar en lo que me es cómodo saber y colocándome una nueva mirada de ver, sentir y hacer, es decir construyo de manera creativa nuevas formas de pensar, aprender, de imaginar y es de esta manera, que estoy construyendo sentidos.
        
Aprendo a prender y construyo nuevos sentidos.

Como aprendiente soy un ser vivo, autónomo, que mediante la acción en la marcha, aprendo a aprender y me permite construir nuevas significaciones, nuevas concepciones, alternativas y posibilidades para desenvolverme en la vida.

Aprendo en contacto con el entorno, con la experiencias de los otros y las otras; dialogando, en el intercambio de ideas, mediante la expresión y diferentes manifestaciones como por ejemplo el arte, la música, la poesía, el deporte, el teatro, entre otros.

Cada uno/una aprendemos desde nuestro propio espacio socio cultural y en interacción con nuestro propio entorno; por consiguiente, cada uno/una desarrollamos maneras particulares de aprender y de desarrollar nuestra propia autonomía.

El acto de aprender se desarrolla en diferentes ámbitos de la vida de la persona, la cual le permite construir su propia individualidad, su propia cultura y su propio tejido social: escuela, la calle, el grupo, el hogar,  la comunidad, el equipo deportivo, entre otros.

 Es en estos espacios antes mencionados,  donde nos formamos en valores, desarrollamos habilidades, nos construimos a nosotros y nosotras mismas, construimos nuestra propia singularidad, nuestro yo, nuestro todo. “Nosotros creamos el mundo que vivimos a medida que lo vivimos, y hacemos esto a momento según cómo estamos en ese momento como resultado de cómo hemos vivido hasta ese momento. El mundo que vivimos los seres vivos en general y los seres humanos en particular, surge en su vivir” Maturana (2020, pág. 69,70).


¿La escuela hoy en día construye sentidos?

La escuela hoy en día no se abre al mundo ni a la vida de sus aprendientes, la enseñanza sigue estando basada en la mirada estática y mecanicista de la ciencias, colocando el sistema conceptual como inamovibles, lo cual convierte el espacio de la escuela en un espacio rutinario, donde no se entretejen las emociones con la razón, generando así, desinterés, conformismo y rutina en el aprendiente, en la medida que lo que acontece en ese espacio es un proceso desligado de su propias experiencia de vida, centrado en el profesor/a  y no en el aprendiente.  

Más sólo se encarga de reproducir un sistema de valores, concepciones y prácticas de vida determinadas por una estructura de poder a la cual ella sirve. Quienes dirigen la educación, se olvidan de que la escuela debe ser un espacio vivo, un espacio relacional donde se aprende a pensar y se aprende haciendo en un constante dialogo “el verdadero objetivo del diálogo es el de penetrar en el proceso del pensamiento y transformar el proceso del pensamiento colectivo “ Bohm (, 2001, Pág. 33)

¿Cómo romper con este paradigma tradicional con el que opera la escuela hoy en día?

La escuela debe ser generadora de espacios de convivencia humana, en donde el educando/a pueda:
         ser  autónomo, independiente y actuar con libertad
         expresar emociones, sentimiento 
         pensar, decidir, proponer, recrear
         interactuar en el entorno de una manera más consciente

Debe tener la capacidad de descubrir y relacionarse en el mundo, de interactuar de manera más consiente en la construcción de su propio mundo en interconexión con otros mundos.  “la escuela debe crear un espacio relacional no–competitivo como característica de la emocionalidad básica que define la coexistencia estudiantil. Maturana (2020, pág. 69).     
   
Para facilitar cada uno de eso aspectos antes mencionados se hace necesario educar en la incertidumbre, es decir:
·     Educar para el gozar de la vida: es decir en el entusiasmo, en el sentirse vivos, en el emocionar, en el relacionar entre los unos y los otros.
·         Educar para la pregunta.
·         Educar para saber,  para resolver problemas para crear, recrear y utilizar la tecnología.
·         Educar para la vida y en la vida misma. Educar para el convivir.
·         Educar para la expresión de los sentimientos, emociones, aprendizajes, experiencias.
·         Educar para la significación, para el pensar.
·         Es decir, dar sentido a lo que hacemos, a las experiencias, a la vida cotidiana.

Los seres humanos de hoy, más que hacerles falta ideas y razones para vivir felices y realizados, les hace falta motivos de corazón  y el sentido de la vida”. Francisco Gutiérrez Pérez, Daniel Prieto Castillo. Mediación Pedagógica (2012, pág. xi )

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