APRENDO Y
ENTRETEJO SENTIDOS DESDE MI RELACIÓN CON LOS UNOS Y LAS OTRAS Y EL MUNDO
Norma Azucena Flores Retana
Docente Investigadora
Universidad de El Salvador
“Promover un aprendizaje con sentido forma
protagonistas en donde cada uno de los conceptos cobran significado para su
propia vida”
(Gutiérrez
Pérez, Prieto Castillo,2012, pág.33)
Aprendo cuando descubro y enriquezco mi propia experiencia. Este proceso de aprendizaje lo realizo en la Enacción; construyendo y realizó cosas nuevas que me apasionan, definiendo nuevas alternativas, dejando de pensar en lo que me es cómodo saber y colocándome una nueva mirada de ver, sentir y hacer, es decir construyo de manera creativa nuevas formas de pensar, aprender, de imaginar; es decir construyendo sentidos para la vida.
Aprendo en contacto con el entorno, con las experiencias de los otros y las otras; dialogando, construyendo conocimientos colectivamente, en el intercambio de ideas, mediante la expresión y diferentes manifestaciones del arte, la música, la poesía, el deporte, el teatro, entre otros.
Cada uno/una aprendemos desde nuestro propio espacio socio cultural y en interacción con nuestro propio entorno; por consiguiente, cada uno/una desarrollamos maneras particulares de aprender y de desarrollar nuestra propia autonomía. El acto de aprender se desarrolla en diferentes ámbitos de la vida de la persona, la cual le permite construir su propia individualidad, su propia cultura y su propio entretejido social en la universidad, en la calle, el grupo, el equipo, entre otros.
Es en
estos y otros espacios, donde nos formamos en valores, desarrollamos habilidades,
nos construimos a nosotros y nosotras mismas, construimos nuestra propia
singularidad, nuestro yo, nuestro todo. “Nosotros creamos el mundo que vivimos a medida que lo
vivimos, y hacemos esto a momento según cómo estamos en ese momento como
resultado de cómo hemos vivido hasta ese momento. Maturana (2020, pág. 69,70).
La Universidad hoy en día no se abre al mundo ni a la vida de sus aprendientes, la enseñanza sigue estando basada en la mirada estática y mecanicista de la ciencias, colocando el sistema conceptual como inamovibles, caracterizado por un espacio rutinario, donde no se entretejen las emociones con la razón, la teoría y la práctica, la instrucción y la educación, la enseñanza y el aprendizaje, el ser humano la sociedad y su cultura; generando así, desinterés, conformismo y rutina en el aprendiente, en la medida que lo que acontece en ese espacio es un proceso desligado de su propias experiencia de vida, centrado en el profesor/a que sufre de inamovilidad, conformidad y desinterés por construir mundos nuevos para él, mundos de incertidumbres, mundos relacionales y constructores de verdades relativas, mundos cambiantes multidimensionales y multimodales.
La Universidad como tal, se encarga de reproducir un sistema de valores, concepciones y prácticas patriarcales y coloniales determinadas por una estructura de poder a la cual ella sirve en la medida que reproduce el estado de cosas de la sociedad macro; una sociedad excluyente, discriminadora e injusta. Quienes dirigen la educación, se olvidan de que la institución debe ser un espacio vivo, un espacio relacional donde se aprende a pensar y se aprende haciendo en un constante diálogo “el verdadero objetivo del diálogo es el de penetrar en el proceso del pensamiento y transformar el proceso del pensamiento colectivo “Bohm D. (, 2001, Pág. 33)
¿Cómo romper con este paradigma tradicional con el que opera la Universidad hoy en día?
La Universidad debe ser generadora de un espacio de convivencia humana, en donde el sujeto aprenda a ser autónomo, independiente y libre de actuar; pueda expresar sus sentimientos y emociones libremente, aprenda a pensar, decidir, proponer y recrear, e interactuar en un entorno más armónico, critico, transparente, propositivo para el cambio social. El sujeto que aprende tiene la capacidad de descubrir y relacionarse en el mundo de manera más propositiva y critica, de interactuar de manera más consiente en la construcción de su propio mundo en interconexión con otros mundos. La Universidad “debe crear un espacio relacional no–competitivo como característica de la emocionalidad básica que define la coexistencia humana. Maturana (2020, pág.69).
En ese contexto la Universidad y en particular la Facultad debe educar en la incertidumbre, es decir: Educar para la pregunta, Educar para saber, para resolver problemas, para crear, recrear y utilizar la tecnología; Educar para la vida y en la vida misma. Educar para el convivir
Educar
para el gozar de la vida: es decir en el entusiasmo, en el sentirse vivos, en
el emocionar, en el relacionar entre los unos y los otros. Educar para la
expresión de los
sentimientos, emociones, aprendizajes, experiencias; educar en y para la
producción del conocimiento científico; Educar
para la significación, el pensar, es decir, dar sentido a lo que hacemos, a las experiencias, a la vida
cotidiana en la universidad.
Los seres humanos de hoy, más que hacerles falta ideas y razones para vivir felices y realizados, les hace falta motivos de corazón y el sentido de la vida”
Francisco
Gutiérrez Pérez, Daniel Prieto Castillo, Mediación Pedagógica (2012, pág. xi )
REFERENCIAS
-
Bohm David. Sobre el Dialogo. Editorial Kairós.. Barcelona (2001, pág. 33)
-
Gutiérrez Pérez, Francisco, Prieto
Castillo, Daniel. Mediación Pedagógica: apuntes para una educación a
distancia.3ra Edición. Guatemala (2002, pág. 33)
-
Maturana,
Humberto. Transformación en la convivencia; Dolmen ediciones, segunda edición.
Santiago de Chile (2002, pág.
69,70)
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