EL ACTO 
DE APRENDER                                                                                                                               


Históricamente los procesos educativos han estado influenciados y determinados por el paradigma mecanicista,  que se ha caracterizado por la transmisión de los conocimientos, por una relación lineal docente-alumno, por una educación centrando en la enseñanza. Esta visión reduccionista de concebir y hacer el proceso educativo, limita y/o niega el desarrollo de las capacidades autoorganizativas y de autonomía de los aprendientes, llevándolos a un proceso memorístico y mecánico de acumulación de conocimientos, desconectados de lo que, los y las educandos/as aprende de la vida y en la vida misma; del relacional amplio que tiene en su medio y con su medio, con los otros y las otras. De acuerdo con Maturana “el aprendizaje no es un amontonamiento sucesivo de cosas que se van reuniendo, sino que se trata de una red o trama de interacciones neuronales muy complejas y dinámicas, que van creando estados generales cualitativamente nuevos en el cerebro humano. A esto le doy el nombre de morfogénesis del conocimiento” (Assmann, pág. 39 ,2002).

Aprendizaje y vida son uno sólo; los y las  aprendientes aprendemos en el emocionar diario, por medio del lenguajeo expresamos lo que experimentamos, lo que vemos, escuchamos, sentimos, pensamos y lo que hacemos por sí mismo/a en cada momento de nuestra vida, en cada ámbito en el que interactuamos, sea este familiar, religioso, laborar, comunitario y en la sociedad. En este sentido, el aprendizaje consiste en una cadena compleja de saltos cualitativos de autoorganización neuronal de corporeidad viva, cuya clausula operacional (léase: organismo individual) se autoorganiza en cuanto se mantiene en un acoplamiento estructural con su medio” (Assmann, pág. 39 ,2002).

Desde un punto de vista de la Biopedagogía, el o la aprendiente es un ser autopoiético, que tiene la capacidad de autooganizarse y desarrollarse autónomamente en interconexión con el medio, quien le provee de información que organiza y ordena  convirtiéndola en conocimientos, es decir en aprendizaje. Varela (2000, pág.54) plantea “el ser autónomo, es asumir la individualidad “como proceso de aprendizaje en marcha, en interacción, no transmisión”. El aprendiente es capaz de autooganizarse, en la medida que posee un patrón de organización de un sistema vivo, el cual es un patrón de red, que posee unos componente (estructura) que en relación con el patrón realizan el proceso vital del sistema vivo, es decir la autopoiesis.  El  sujeto aprende por sí mismo, se autoorganiza y  descubre, crea y recrean las múltiples posibilidades y alternativas de aprender (bifurcaciones), imagina, inventa, como parte de un proceso dinámico y autónomo; el aprendiente avanza recursivamente renovando sus conocimientos, desarrollando nuevas conductas, actitudes a partir de las diversas  experiencia que alimentan su aprender constante.       

En este sentido, aprender es un proceso creativo y autónomo, que genera libertad, colaboración, cooperación, alegría, pasión, desafíos.  “Se aprende no sólo con el cerebro ni sólo en la escuela. Se aprende durante toda la vida y mediante todas las formas de vivir...son expresiones de la autoorganización, de la complejidad y de la permanente  conectividad de todos con todos, en todos los momentos y en todas las fases del proceso evolutivo”. (Assmann, 2000, pág.54)

El acto de aprender es un proceso de aprender constantemente en la convivencia humana, se vive cada momento de la vida, en cada experiencia, en el relacionar con los demás, es decir, en un proceso de Enacción, entendida esta como la capacidad que tiene el sujeto de aprender en la marcha, constantemente, en el desarrollo de la vida. “La Vida sólo tiene vigencia mientras sea un proceso de aprendizaje” (Assmann, pág. 125)  de acuerdo con Varela (2002, pág.26, 27) “desde una definición macroscópica de la vida: podemos decir que un sistema físico está vivo cuando es capaz de transformar la materia en energía externa en un proceso interno de automantención y autogeneración”.

Finalizo pensando que esta manera de entender el acto de aprender, desde sus dimensiones relacionales, coloca al educador/a en un desafío importante, en realizar rupturas en las concepciones y formas tradicionales de comprender y hacer de los procesos educativos y facilitar  experiencias biopedagógicas, en donde se entienda al aprendiente como un ser humano, que se hace así mismo y se hace en el vivir humano. “el educador/a, debe espontáneamente ser capaz de vivir la ampliación del espacio de convivencia con otro como un legítimo otro o debe de aprender a vivirlo” Maturana (2002, pág. 151).

Como educadores/as debemos apasionarnos en el convivir cotidiano con los otros y las otras “la pasión por la pedagogía se mueve impulsado, por la comunicación, por las relaciones humanas, avanza recursivamente de experiencia en experiencia, está volcada al otro, a un ser inmerso en la maravillosa tarea de construir y recrear, de abrirse y apropiarse del mundo”  Gutiérrez y Prieto (2000, pág. Xiii)


REFERENCIAS

Assmann, Hugo: Placer y ternura en la educación: Hacia una sociedad aprendiente, editorial Narcea S. A de ediciones. Madrid, 2002.

Gutiérrez, Francisco y Prieto, Daniel. Programa de educación a distancia, Mediación  Pedagógica. Universidad de San Carlos, Guatemala. 2002

Maturana, Humberto: Transformación en la convivencia; Dolmen ediciones, segunda edición. Santiago de Chile, 2002.
 
Varela, Francisco: El Fenómeno de la Vida. Dolmen ediciones, Santiago de Chile, 2002.



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